Ingredientes:
- Claras de huevo
- Una pizca de sal
- Un recipiente grande
- Un batidor de varillas, preferiblemente eléctrico
Elaboración:
- Separa bien la yema de la clara. Este paso es muy importante ya que la yema interfiere en la formación de la espuma. Si se te cae un poco de yema en la clara, quítala bien con ayuda de una cuchara.
- Pon las claras en un recipiente amplio y limpio. Añade una pizca de sal y empieza a batir a baja velocidad hasta que se forme un poco de espuma.
- Una vez la espuma está formada, bate a más velocidad hasta que las claras alcancen la segunda fase: puntas blancas.
- Continua batiendo hasta que las claras alcancen la fase de puntas rígidas. En este punto, si introduces una cuchara en vertical, comprobarás que no se mantiene erguida porque la espuma aún no es lo suficientemente densa.
- Sigue batiendo las claras para llegar al deseado punto de nieve: fíjate en la que la espuma es más densa y la cuchara ya sí se mantiene erguida. ¡Listo!