Ingredientes:
- Arroz blanco
- Una cuña de queso parmesano
- Bacon en tiras
- Caldo de pollo o caldo vegetal (lo que prefieras)
- Una cebolla
- Aceite y sal
- Pimienta molida
- Orégano
- Dos o tres espárragos trigueros (opcional, pero le da un toque de sabor riquísimo al risotto)
Preparación:
1. Corta la cebolla en finas tiras y fríela en una sartén.
2. Cuando la cebolla esté prácticamente dorada, añade a la sartén las tiras de bacon.
3. Mientras tanto, vierte la tercera parte del caldo en una cazuela. Echa uno o dos vasos de agua para que no esté tan espeso y enciende el fuego para que se temple. Añade entonces el arroz que necesites en función de los comensales. Ve vertiendo el caldo de poco en poco y remueve constantemente. De vez en cuando, echa también agua en lugar de caldo para que no coja un sabor excesivo. Lo importante es que lo vayas añadiendo de poquito en poquito.
4. Añade los condimentos en la cazuela del arroz: un poco de pimienta molida, orégano y una pizca de sal. Remueve lentamente con una cuchara de madera mientras vas añadiendo más caldo paulatinamente.
5. Cuando el arroz esté prácticamente hecho, añade el bacon y la cebolla que preparaste previamente en la sartén.
6. Baja el fuego y añade el queso parmesano en trozos. Remueve bien hasta que el queso se funda.
7. Si te gustan los espárragos trigueros, puedes añadirlos también a final del todo, cortados en pequeños trozos.
8. Espolvorea un poco de parmesano rallado una vez lo has servido en el plato para darle un toque final tanto en la presentación como en el sabor.
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