Normalmente, el ramillete que recolectas en tu huerto o mini huerto o el que te dan en la frutería/verdulería acaba poniéndose amarillo, a pesar de estar conservado en la nevera.
Muchas veces no nos da tiempo a aprovecharlo en todos nuestros platos y es una pena que se eche a perder. Pero tenemos una forma fácil de solucionar este problema.
- El día que recolectes el perejil, corta los tallos y quédate con las hojas. Lávalo bien y déjalo escurrir hasta que esté bien seco.
- Corta una tira de papel de aluminio y coloca encima el perejil, haciendo una fila. Cuantos más amontonada esa fila mejor.
- Después haz un rulo con el papel de aluminio y el perejil. Cierra los bordes y mételo en el congelador.
- Cada vez que te apetezca un poco de perejil para tus platos, saca el rulo, corta el trozo que necesites, tapa el final y vuelve a meter el resto al congelador.
- Deja que se descongele en la nevera o pícalo un poco más y agrégalo a tu plato.
- ¿Fácil no?