Ingredientes:
- 350g de Agua tibia
- 650gr de Harina de fuerza
- 25gr de Levadura de panadería fresca
- 1,5 cucharada pequeña de sal
Elaboración:
- Echa la levadura en medio vaso de agua tibia, y déjalo reposar unos 5 minutos.
- Mientras, tamiza la harina en un bol y mézclala con la sal. Haz un agujero en el centro de la harina.
- Una vez la levadura haya reposado 5 minutos en el agua, remuévela para que se disuelva del todo y échala en el agujero que abriste en la harina.
- Mézcla la harina junto con la levadura disuelta, con ayuda de una cuchara o de forma manual.
- Vete añadiendo poco a poco el resto del agua, sin parar de remover. Quizá no es necesario añadir todo o tienes que añadir un poquito más de agua, dependerá de lo que te pida la masa. No debe quedar ni pegajosa ni muy dura. Tiene que estar húmeda y manejable.
- Cuando llegues a este punto, amasa durante unos 15 minutos. Echa en una superficie lisa un poco de harina (lo mínimo posible) y amasa. Es importante este paso para darle esponjosidad al pan, así que manipula con energía la masa estirándola y volviéndola a enrollar.
- Después, introduce la masa en un bol y cubre el bol con un paño húmedo. Dejala fermentar durante 1,5 – 2 horas, a temperatura ambiente. Tiene que doblar su tamaño. No excedas el tiempo de fermentación, vigila tu preparado y cuando veas que ya ha doblado el tamaño inicial, vete al paso 8.
- Tras este tiempo, amasa de nuevo unos 10 minutos y déjala reposar unos 15 minutos más.
- Dale la forma que quieras a tu pan, de barra o de hogaza. Realiza unos cortes transversales en la parte superior e introdúcelo en el horno, sin precalentar, a 220º durante 40 minutos.
- Tras este tiempo, deja enfriar sobre una rejilla y cuando esté frío, pruébalo.