El frosting es la cobertura y relleno que se emplea para condimentar y decorar tartas y cupcakes. En Inglaterra, es conocido como icing, pero el significado es el mismo: un glaseado dulce, realizado a base de azúcar y un líquido (leche o agua), al que se le suele añadir buttercream (crema de mantequilla), merengue o queso crema entre otros ingredientes.
Puede ser de muchos sabores (chocolate, limón, canela…) y su textura tiende a ser cremosa. Aunque, dependiendo de la cantidad de azúcar y/o grasa que empleemos en el frosting, puede tener un acabado más sólido.
La mejor forma de aplicar el frosting o icing que hemos elaborado, es con una manga pastelera, para darle un acabado más decorativo y una aplicación final más cómoda.